Sin duda, cada vez es más frecuentes encontrar a parejas muy jóvenes que, por elección o por otras razones, no tienen hijos y deciden adoptar un cachorro de un perro o gato para verter en él su capacidad de atención y de amor, por lo que es natural preguntarse si aman a sus animales como lo que son, o si reemplazan psicológicamente al hijo que han decidido no tener y llenar ese vacío.
Seguramente es una mezcla de las tres cosas. Pero también tiene una vinculación a no querer asumir la responsabilidad, o tener poca confianza para garantizar un futuro a sus hijos y que éste sea brillante y lleno de posibilidades. O bien, cuando la pareja cree que pudiera tener una relación poco exitosa y que pudiera enfrentarse a una separación matrimonial.
De hecho, vemos cada vez con mayor frecuencia a parejas sin hijos pero con los animales y no se puede subestimar el hecho de que desde hace algunos años también en los tribunales que se analicen las causas de separación y se encuentren los animales en la disyuntiva de quién se los habrá de quedar.
Las diferentes razas de perros y la vida familiar
Hay razas de perros muy dóciles y amorosas que incluso podrían verse afectadas tras una separación al estar sumamente encariñadas con ambas partes. Algunos de ellos son el perro ratonero mallorquin, el perro samoyedo, el labrador por mencionar solo algunos.
Todos los que amamos a los perros sabemos de todo el afecto que pueden dar debido a tienen su propia personalidad, que no puede ser entendida como un mero sustituto de la relación filial; ellos sin duda son un mundo aparte.
Los perros son sin lugar a dudas “niños para la toda vida”, porque, a pesar de que crecen y se convierten en adultos, son cada vez más dependientes del afecto y el cuidado del hombre. ¡La responsabilidad siempre existe!
¿Y los niños?
Los niños necesitan mucha atención definitivamente y hay que respetar sus tiempos (esto puede ser postergado – más no prescindido- si tienes un perro o un gato, en los niños el respeto de tiempos debe ser un ritual para crear en ellos sensación de estabilidad y seguridad, requieren un apoyo emocional y psicológico constante para crear su personalidad y estabilidad sobre todo cuando se enfrentan en las etapas más difíciles de la infancia y adolescencia y por supuesto requieren la presencia y fiabilidad, sino también de amor, por no mencionar que cuando tienen problemas, ellos tocarán profundas fibras en los adultos incluso.
Si tú eres una pareja joven que está pensando en adoptar un perro o un gato en lugar de tener hijos debes considerar que ambos implican una responsabilidad y la entrega de amor para cualquiera de ellos; ambos merecen tranquilidad, equilibrio emocional y una familia en dónde los amen.
Esperamos que esta información te haya servido y que consideres cualquiera de las opciones como algo para toda la vida, que requiere de espacio, dinero y también de tiempo; pero sobre todo de amor.